ICE CAFÉ LONDRES “Un Sueño cumplido”
Era lo mas parecido a un sueño, el estar acercándome al
barrio donde se encontraba el Ice Café, no sabia si seria capaz de localizar el
lugar, pero el haber leído tantos reportajes sobre el local, tantas historias
vividas por compañeros, y el haberme
metido en su lugar tantas veces, imaginando que era yo el que estaba allí, fue
como si llegar a mi barrio, enseguida localice los puentes a lo lejos y al
acercarme pude ver las siluetas de las motos, hechas en chapa y colgadas de los
lados del camino, las que tantas veces había visto en fotos, las seguí, sin
importarme si faltaba un Km. o 10km para llegar hasta mi destino, mi cabeza
imaginaba, momentos del pasado, en las que por ese lugar pasaban los
competidores de alguna carrera, después de haber puesto varias canciones en la
maquina de discos del local y intentar llegar antes de que terminasen, o
simplemente alguna apuesta entre un grupo de competidores para conseguir hacer
el mejor tiempo en un circuito por los alrededores acordado previamente. Lo
divise a lo lejos, se veía movimiento de motos en su entrada, solo llegar, me
puse a sacar fotos de todo lo que veía, como si quisiera que la cámara plasmase
y recordase el momento por si mi cabeza olvidase algo, tarde un buen rato en
entrar, esa fachada mil veces fotografiada por tantos, había que disfrutarla, y
además el ambiente era genial, motos de hace mas de 30 años, juntas con RR de
ultima generación y coches deportivos de los años 70 y 80, mezclados con coches
de época totalmente transformados. Un cóctel para enloquecer a cualquier
aficionado al motor.
Y entre dentro, solo pisar la primera baldosa después de la
puerta de entrada ya sabia hacia donde mirar, la maquina de discos, la vi., al
final de la barra, seguía allí, después de tantos años de servir como reloj cronometrador
de tantas carreras, y funcionaba, pero da la impresión de que nadie la usa para
los antiguos menesteres, la calle ya no esta para circuitadas. El ambiente del
local es tal como lo imaginaba, parece que el tiempo no transcurre para algunos
de sus clientes, para un patillero, como yo que con el tiempo he cambiado mis
costumbres, para adaptarme al mundo actual, y pasar de disfrutar de una vieja
ducati, o bultaco metralla, a una gran trail que considero que es mucho mejor,
para el mundo de los viajes ,que es el que ahora me hace disfrutar muchísimo de
la moto, hace que los admire aun mas, siguen con las mismas chaquetas gastadas
y pulidas en mil batallas, las mismas motos, rectificadas mil veces y con millones
de revisiones de válvulas, son auténticos, y fieles a sus viejos cacharros.
Entable conversación con alguno de ellos y me tome una buena cerveza, me costo
convencerlos para no tomarme unas cuantas mas, al mismo tiempo intentaba
escuchar sus conversaciones y quedarme con cada detalle del local, para no
olvidar nada, el escenario, repleto de motos antiguas, la barra, la comida que
salida de la cocina, enormes hamburguesas con una infinidad de patatas en el
plato, el cliente de la mesa de al lado, con una barba larga y pinta de estar
disfrutando de una lectura relajante y que le interesaba duchísimo, las baldosas
desgastadas, un rincón donde comprar algunas camisetas, totalmente desteñidas
por el tiempo, un montón de propaganda anunciando los próximos eventos sobre la
barra, y un camarero con grandes patillas y pantalón de cuero con protecciones
para currar, esta claro que son distintos, o le da miedo alguna caída provocada
por el peso de los platos de hamburguesa.
El Ace Cafe
abrió sus puertas en 1938 como un bar de carretera para camioneros al
píe de la North
Circular Road, algo así como una antigua M-30 londinense, que
ya ha sido absorbida por la ciudad. Pronto, el lugar fue descubierto por los
motoristas de la época como un punto de encuentro. Durante la Segunda Guerra
Mundial fue seriamente dañado por los bombardeos, pero se reconstruyó y
volvió a abrir sus puertas en 1949. La explanada delante del bar era
un punto habitual para trastear las motos y hacer pasar las horas. .
La edad del oro para el motociclismo británico fueron los 50’s y los
60’s. En esos momentos, marcas como Triumph, Norton o BSA eran la referencia. En esos años el Ace Cafe era pura
efervescencia de vida motera. Y fue en esa época cuando se fundó en el mismo
bar el Club 59, otro de los íconos moteros en Londres, y curiosamente fundado
por un párroco. Pero después de esos años locos, tristemente el Ace
Cafe cerró sus puertas al final de la decada en 1969.Después de más de
veinte años cerrado, resucitó de nuevo en 1993: la leyenda no podía
morir. Pero una de las cosas más relevantes del Ace Cafe es la
programación diaria de eventos relacionados con el mundo del motor
(coches y motos). Un día se reunen las V-Max, al día siguiente las Bonneville,
otro los kawasakis, los Ford o los Austin. Consultando la web podéis ver la impresionante
programación.Al final llego el momento de mi partida, abrazos de despedida, como si nos conociéremos de hace años, este mundo de la moto es sorprendente.. Salí de nuevo fuera y di mi última vuelta disfrutando del ambiente, emprendí mi camino, girándome varias veces para ver su imagen alejándose, volveré, seguro que volveré.
Rafa Molta Moto
Rafamoltamoto.blogspot.com
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