domingo, 7 de abril de 2013

LLEGAR EN MOTO “FUNDACION JOAN Y PILAR MIRO”



LLEGAR EN MOTO “FUNDACION JOAN Y PILAR MIRO”
“Mallorca es realmente un lugar muy hermoso, en ciertos lugares, todavía se encuentra la frescura de los primeros días de la creación, lo que no se encuentra en los entornos parisinos que hemos visitado."
Joan Miró, 1948
El amaba nuestra isla, como la queremos muchísimos de nosotros, y en ella paso una larga época de su vida, en 1956, Miró vio materializado su sueño de contar con un taller propio, en la isla, donde residió hasta su muerte en el año 1983, aunque su relación con Mallorca viene de mucho tiempo atrás, sus padres eran Mallorquines, y ya de muy pequeño pasaba largas temporadas de verano, en casa de su habuela residente en la isla.
Este amor por nuestra isla, me hizo salir de madrugada de casa y disfrutar de una maravillosa salida de sol ya en ruta, las espigas ya sobresalen, aunque verdes todavía y el campo empieza a tener pequeños sombreaos amarillos, esto junto al sinfín de flores que ya invaden los arcenes de nuestras carreteras, hacen que el camino hasta Palma fuera un placer, fui despacito, siempre intentando huir de las carreteras mas transitadas y enlazando caminos que me acercaran a mi destino, La Fundación Joan i Pilar Miro.
 Reconozco que no sé cómo se me había pasado esta visita después de haber vivido en la isla toda mi vida y haberla recorrido casi a lo largo y ancho tantas veces. Pero más vale tarde que nunca, y ahora este fantástico museo se suma a mi lista de recomendaciones para todos los que visitan Mallorca.
La Fundación Pilar y Joan Miró en Mallorca es un lugar muy especial, ya que ofrece la posibilidad de contemplar la atmósfera de creación del artista, a través de los talleres en los que Joan Miró trabajó..
Estos talleres, situados además en un entorno excepcional, en una colina con vistas al mar (aunque mucho más urbanizada que en sus orígenes, claro está), nos permitirán conocer su atmósfera de trabajo y reconstruir su proceso creativo mediante la contemplación de sus pinturas, sus objetos y útiles de trabajo, hasta sus  petos que utilizaba para pintar. Años más tarde, en 1992 se añadió el nuevo edificio que alberga la colección de arte, construido por el arquitecto Rafael Moneo, como sede de la Fundación. Estos tres espacios están rodeados de jardines de vegetación mediterránea, en los que pasear y deleitarse con cada uno de sus rincones, sus fabulosas esculturas, su cafetería, las vistas al mar…
La Fundación tiene el propósito de ser un centro vivo y dinámico que mueva las ansias de investigación y creación de los jóvenes artistas, y hoy día se celebran cursos y talleres diversos. La visita al Museo puede dividirse en cuatro partes, correspondientes a los espacios mencionados. La entrada es gratuita los sábados, muy recomendable, pues no hay exceso de público y se disfruta del recorrido con tranquilidad, incluso en agosto.
La forma que me pareció mejor para llegar hasta el lugar, es de lo mas sencillo, atraviesas todo el paseo marítimo, hasta el final, el fin de semana , por la mañana esta tranquilo y es un tramo que sigo disfrutando muchísimo aunque lo aya hecho miles de veces, la vista de la catedral  y el Parque de Mar, La Lonja, El Castillo de Bellver, el puerto deportivo y de algun que otro borrachillo que esta de retiro a esas horas de la mañana, tienen una perspectiva magnifica desde la carretera, tome la salida que te lleva hasta el palacio de Marivent, justo al empezar la valla del palacio  a la derecha, hay una calle de subida, y tiene un pequeño indicador de la Fundación, esta me llevo hasta la calle Saridakis, donde se encuentra el edificio en la parte izquierda, justo delante hay un gran aparcamiento, donde pude dejar la moto.
No tardes tanto como yo, pon la moto en marcha, y visita este magnifico lugar.
Rafa Molta Moto
Rafamoltamoto.blogspot.com
 




lunes, 1 de abril de 2013

ICE CAFE LONDRES "UN SUEÑO CUMPLIDO"



ICE CAFÉ LONDRES “Un Sueño cumplido”
Era lo mas parecido a un sueño, el estar acercándome al barrio donde se encontraba el Ice Café, no sabia si seria capaz de localizar el lugar, pero el haber leído tantos reportajes sobre el local, tantas historias vividas por compañeros,  y el haberme metido en su lugar tantas veces, imaginando que era yo el que estaba allí, fue como si llegar a mi barrio, enseguida localice los puentes a lo lejos y al acercarme pude ver las siluetas de las motos, hechas en chapa y colgadas de los lados del camino, las que tantas veces había visto en fotos, las seguí, sin importarme si faltaba un Km. o 10km para llegar hasta mi destino, mi cabeza imaginaba, momentos del pasado, en las que por ese lugar pasaban los competidores de alguna carrera, después de haber puesto varias canciones en la maquina de discos del local y intentar llegar antes de que terminasen, o simplemente alguna apuesta entre un grupo de competidores para conseguir hacer el mejor tiempo en un circuito por los alrededores acordado previamente. Lo divise a lo lejos, se veía movimiento de motos en su entrada, solo llegar, me puse a sacar fotos de todo lo que veía, como si quisiera que la cámara plasmase y recordase el momento por si mi cabeza olvidase algo, tarde un buen rato en entrar, esa fachada mil veces fotografiada por tantos, había que disfrutarla, y además el ambiente era genial, motos de hace mas de 30 años, juntas con RR de ultima generación y coches deportivos de los años 70 y 80, mezclados con coches de época totalmente transformados. Un cóctel para enloquecer a cualquier aficionado al motor.
Y entre dentro, solo pisar la primera baldosa después de la puerta de entrada ya sabia hacia donde mirar, la maquina de discos, la vi., al final de la barra, seguía allí, después de tantos años de servir como reloj cronometrador de tantas carreras, y funcionaba, pero da la impresión de que nadie la usa para los antiguos menesteres, la calle ya no esta para circuitadas. El ambiente del local es tal como lo imaginaba, parece que el tiempo no transcurre para algunos de sus clientes, para un patillero, como yo que con el tiempo he cambiado mis costumbres, para adaptarme al mundo actual, y pasar de disfrutar de una vieja ducati, o bultaco metralla, a una gran trail que considero que es mucho mejor, para el mundo de los viajes ,que es el que ahora me hace disfrutar muchísimo de la moto, hace que los admire aun mas, siguen con las mismas chaquetas gastadas y pulidas en mil batallas, las mismas motos, rectificadas mil veces y con millones de revisiones de válvulas, son auténticos, y fieles a sus viejos cacharros. Entable conversación con alguno de ellos y me tome una buena cerveza, me costo convencerlos para no tomarme unas cuantas mas, al mismo tiempo intentaba escuchar sus conversaciones y quedarme con cada detalle del local, para no olvidar nada, el escenario, repleto de motos antiguas, la barra, la comida que salida de la cocina, enormes hamburguesas con una infinidad de patatas en el plato, el cliente de la mesa de al lado, con una barba larga y pinta de estar disfrutando de una lectura relajante y que le interesaba duchísimo, las baldosas desgastadas, un rincón donde comprar algunas camisetas, totalmente desteñidas por el tiempo, un montón de propaganda anunciando los próximos eventos sobre la barra, y un camarero con grandes patillas y pantalón de cuero con protecciones para currar, esta claro que son distintos, o le da miedo alguna caída provocada por el peso de los platos de hamburguesa.
 El Ace Cafe abrió sus puertas en 1938 como un bar de carretera para camioneros al píe de la North Circular Road, algo así como una antigua M-30 londinense, que ya ha sido absorbida por la ciudad. Pronto, el lugar fue descubierto por los motoristas de la época como un punto de encuentro. Durante la Segunda Guerra Mundial fue seriamente dañado por los bombardeos, pero se reconstruyó y volvió a abrir sus puertas en 1949. La explanada delante del bar era un punto habitual para trastear las motos y hacer pasar las horas. .
La edad del oro para el motociclismo británico fueron los 50’s y los 60’s. En esos momentos, marcas como Triumph, Norton o BSA eran la referencia. En esos años el Ace Cafe era pura efervescencia de vida motera. Y fue en esa época cuando se fundó en el mismo bar el Club 59, otro de los íconos moteros en Londres, y curiosamente fundado por un párroco. Pero después de esos años locos, tristemente el Ace Cafe cerró sus puertas al final de la decada en 1969.Después de más de veinte años cerrado, resucitó de nuevo en 1993: la leyenda no podía morir. Pero una de las cosas más relevantes del Ace Cafe es la programación diaria de eventos relacionados con el mundo del motor (coches y motos). Un día se reunen las V-Max, al día siguiente las Bonneville, otro los kawasakis, los Ford o los Austin. Consultando la web podéis ver la impresionante programación.
Al final llego el momento de mi partida, abrazos de despedida, como si nos conociéremos de hace años, este mundo de la moto es sorprendente.. Salí de nuevo fuera y di mi última vuelta disfrutando del ambiente, emprendí mi camino, girándome varias veces para ver su imagen alejándose, volveré, seguro que volveré.
Rafa Molta Moto
Rafamoltamoto.blogspot.com